Death-Ela

Mayo Terrible!

Hola gente, hoy subo el siguiente trozo de esta historia corta mientras mi inspiración sigue muerta. Tendré que darme electroshock a ver si consigo reanimarla XD

Pero todo viene con buenas noticias!!!

El primer libro, tal como mi querido friki Tomás indica fue inspirado durante el salón del manga de Barcelona y la semana que viene iré a la expomanga de Madrid, con un poco de suerte quizás me cargue nuevamente de inspiración, como me pasa siempre rodeada de frikadas. ¡VIVA LO FRIKI!!!

Ejem ejem, que me despisto. Mañana es el día de la madre, así que espero que las mamas reciban mimos y los hijos den algún bonito detalle para ellas. Muchas felicidades a todas las mamás o futuras. Que también cuentan, ojito ¬.¬

MUCHOS BESOS A TODOS!!! Y suerte para los que estén empezando con los exámenes. 

Una historia de lazos

Parte 3ª

En las susodichas fechas Gerald se levantó por la mañana abrazado a su almohada con cara de resacoso y gran cansancio y con visible asco se acercó a mirar su reloj viendo que era cerca de medio día. Hacía dos días había tenido su último trabajo, había tenido que despedir a dieciocho personas. Odiaba tener que aguantar a gente que suplicaba, pedía explicaciones o amenazaba, pocos eran los que se marchaban tranquilamente sin protestar, le agotaba y le tocaba las narices si por él fuera les mandaría al cuerno y los echaría inmediatamente pero su trabajo era hablar con ellos y guiarlos lo mejor que podía. Odiaba ese trabajo a muerte pero daba una buena y gran suma de dinero por ese estrés a parte de los viajes y las estancias en hoteles gratis más un plus por si quería hacer un poquitín de turismo. Se había tomado un día de descanso tras aquello y ese era el día siguiente, estaba aburrido, no sabía que hacer, podía coger un vuelo e irse o podría salir a dar una vuelta.

Mientras se aseaba, abría la ventana y decidía a o no quedarse una noche más, encontró en el calendario de su agenda marcada la estancia de cierto circo en la zona. ¿Por que lo había marcado?  Se lo pensó, ¿Por qué no? El chico le entretendría unas horas, era de semana así que la actuación no sería hasta la tarde noche, podrían dar una vuelta comer juntos y él podría distraerse de alguna forma… quizás meterle mano.

Ho sí, Lucca le resultaba tentador, era demasiado suculento como para no desear ponerle la mano encima, pero debía portarse como un elegante y buen hombre de negocios cariñoso y de buen corazón que ayudaba a un pobre chico a llevarlo a una fiesta para conseguir unas huellas dactilares para su robo.

Se decidió y llamó mientras miraba por su terraza y calculaba tiempos por le reloj. Al otro lado sonó una voz desconocida.

̶  Sí, dígame. ̶  Sorprendido dudó un momento en seguir hablando mientras la voz insistía. ̶  ¿Hay alguien ahí? Voy a colgar.

̶  ¿Está Lucca? ̶  La voz pareció dudar un momento. ̶  Lucca el trapecista. ̶ Aquello apreció ser lo que esperaba y se escuchó un tremendo grito que seguramente habían oído a muchos metros a la redonda. Tras varios minutos sin que nadie hablara, estaba a punto de colgar ya aburrido.

̶  ¿Hola? ̶  Al otro lado la voz de Lucca sonaba entrecortada, probablemente de la carrera hacia el teléfono.

̶ ¿Me has dado el número de otra persona? ̶  No sabía si aquello era un rechazo o una burla. Pero la voz de Lucca se emocionó.

̶ No, es que no tengo móvil  y todos los que no se compran uno usamos uno común que es el del hombre que te cogió el teléfono, ¿te dijo algo?

̶  Decirme no me ha dicho nada pero me he sorprendido mucho. Bueno te llamaba para decirte que tus videos me han encantado, especialmente los últimos tres en los que usas el lazo y usas también otro lazo del estilo gimnasia rítmica, aun no entiendo como no se te enredaban. ̶ Al otro lado Lucca sonreía mientras hablaba como una colegiala enamorada vigilado por algunos de los componentes del circo. ̶  En realidad te llamaba para pedirte una cita, si te apetece.

̶ ¡Sí! ̶  Ni siquiera le dejó decir cuando ni donde. ̶  Ha, perdona… sigue. ̶  Se sonrojó visiblemente por demostrar tanto entusiasmo.

̶  Que te parece si quedamos a las diez y media once en un lugar intermedio y te invito a comer. Si te apetece podríamos…

̶  Sé el sitio perfecto, pero tendríamos que llevar comida de picnic, yo te enseñaría el sitio, podemos quedar en una plaza e ir en autobús. ̶  Realmente se sorprendió por la manera en que le interrumpió.

̶  Mejor aún, por que no llevo mi coche y nos pillamos la comida en uno de estos sitios de comida de casa para llevar… es llegar y nos vamos todo listo, solo dime donde te recojo.

Cuando colgó se miró en el espejo y se rió, había conseguido no solo un día de entretenimiento si no, una cita y encima con comida de campo, aquello prometía.

Realmente creía que se estaba tomando demasiadas molestias y eso le molestaba, era la  segunda vez que se desvestía por que no le gustaba, por amor de dios puede que pareciese una cita pero estaba por ponerse de los nervios. Cabreado ya, agarró lo primero que pilló, eso si, no la ropa mas vieja que tenía ni la mas fea. Agarró el coche y condujo hasta la zona de encuentro prometida, él se bajó primero y no vio al chico así que se puso a elegir la comida para que se la fuesen preparando mientras no llegaba.

Mientras sacaba todo en bolsas directo al coche se encontró con el pequeño chico, llevaba puesto un peto y unos tenis todo muy bien combinado con una gorra ¿Se habría puesto guapo por algo en especial? O es que ¿Solo le parecía guapo de más a Gerald?

Se saludaron y pusieron la comida dentro de una cesta que Lucca había traído con el resto de accesorios para le picnic, subieron al coche y el chico los llevó a una pequeña zona de parque natural en la que se permitía acceso para los comederos.

El sitio no estaba mal, básicamente había comederos muy separados con unas barbacoas muy preparadas con un grifo al lado por si pasaba algo y grandes extensiones de campo con arbustos y árboles para un poco de intimidad, todo esto coronado con patos, cisnes, pavos reales y otro tipo de aves hermosas caminando por la zona en busca de un trocito de pan que alguien quisiese darles.

Lucca se atrevía a dejarse rodear por aquellos pájaros de mala fama y les daba de comer mientras se reía cuando uno le picoteaba los dedos, realmente Gerald no pensaba acercarse tanto a los bichos y cuando uno se acercaba más de la cuenta levantaba la pierna y lo espantaba haciendo ruidos y dando patadas al aire.

Había sido una comida agradable y divertida incluso se sorprendió a si mismo haciéndole fotos a Lucca sin darse cuenta. Más tarde  mientra algunas de las personas de la zona se echaban a dormir la siesta o simplemente se iba, Lucca agarró de  la mano a Gerald y lo llevó un poco más lejos a una zona un poco más escondida. Sorprendido pensó que aquel chico no era tan inocente como creía, pero se llevó un buen golpe en los morros cuando se dio cuenta de que le llevaba a un claro en donde un árbol muy grande y robusto tenía una cuerda colgada, había llegado a la hora de la clase práctica prometida.

Claro que a él no se le permitía subir, pero debía admitir que el profesor era un genio, explicaba de maravilla, tal era que podía memorizar todo lo que hacía incluso estando en tierra e imitando los procedimientos allí abajo. Incluso le repitió muchas veces una pirueta que le había agradado en la que la persona enganchada por los pies cabeza abajo subía tirando del extremo de debajo de su cabeza haciendo una flexión y al mismo tiempo tirando de si mismo, de manera que quedaba de pie y al mismo tiempo recogía el cabo. Muy útil por si alguien se presentaba antes de tiempo.

Satisfecho sobre la clase practica el artista, que tubo que hacer varios descansos por lo de estar tanto tiempo boca abajo, descendió y se quedó como murciélago delante de él.

̶  ¿Te ha gustado la clase de hoy? ̶  Dijo mientras abría los brazos y alzaba una pierna mostrando estar atado solo por un tobillo.

̶ Ha sido impresionante y muy instructiva profesor. ̶ Ambos reían cuando, al llevar calcetín, Lucca no se dio cuenta que resbalaba y del susto Gerald echó las manos y le agarró, a pesar de que le dio tiempo a volver a agarrase y se quedaron más o menos frente a frente. ̶  Es peligroso, no deberías trabajar sin red y sin tu equipo.

̶  Pero te tenía a ti para cogerme, ¿no? ̶  Lucca le miró sincero.

̶ ¿Quieres usarme de colchoneta? ¿Tan gordo me ves? ̶  Lucca y él echaron a reír mientras desdecía de la cuerda y recogía el cabo. No era eso lo que quería decir pero parece ser que fue una desviación de tema.

Ambos se marcharon del sitio en silencio, como si algo se hubiese roto, Lucca se sentía un poco ansioso sintiendo que había echo algo malo, mientras Gerald creía que había cortado la conversación por un lado que no debía. Conducía directo al circo cuando sintió la mano de Lucca sobre la suya y le miró, este le pidió que aparcara lejos, no quería que nadie los viese llegar, para que no hicieran preguntas, supuestamente.

Aparcó un poco más alejado donde no se pudiera ver quienes eran y no les vieran bajar. Ambos se quedaron uno en frente del otro, no sabían que decir, Lucca mantenía la cabeza baja, como decepcionado, aun así agradecía el divertido día y lamentaba mucho haberle quitado un día de descanso para que lo malgastara con él.

Realmente eso molestó a Gerald puede que pensase así al principio, tal vez un poco pero había sido un día estupendo aunque le fastidiase reconocerlo se había divertido. Al ver que no decía nada Lucca se giró dispuesto a marcharse, pero le agarró del brazo y le giró.

̶  Espera… te mandaré un mensaje mañana, a ver si podemos volver a quedar, ¿te apetece? ̶  Lucca apartaba la mirada y no se mostraba muy feliz.

̶   No se, mañana tenemos actuación, no podré estar tan tarde fuera, lo siento, es mejor que me marche ahora, gracias por todo Gerald. ̶  Realmente le molestaba verle así, no había echo nada tan terrible, solo contestar con las palabras que no esperaba, nada mas, no había matado a nadie.

̶  Buonanotte Lucca. ̶  Este simplemente asintió y se giró. Realmente molesto le agarró le rostro y simplemente acercó sus labios ante un sorprendido Lucca y le besó. Al principio creyó que solo sería un roce de labios, no esperaba que le respondiera. Era un beso inocente que poco a poco invitaba a un beso un poco mas apasionado, pero antes de que pasase nada se separó y le miró. ̶  No abría dejado que cayeses. ̶  Al fin dijo la maldita frase, pero el rostro sonrojadísimo de Lucca y aquella sonrisa, merecía un poco la pena de rendición. ̶  Buonanotte.

̶  … notte….

Al principio le costó bastante lo que era el girarse para marcharse, pero torpemente lo consiguió vigilando de reojo a Gerald, solo había conseguido aquella palabra de todo lo que se agolpaba en su mente. Casi se choca con la esquina que hacía el edificio y luego se dirigió al circo yendo directo a su caravana. Allí encendió el portátil y miró su correo, era imposible que hubiese nada allí pero necesitaba mirar, tenía que comprobarlo, esperaría toda la noche si fuera necesario, la ansiedad le podía. Entonces sonó una campanita, casi se cae de morros al levantarse para ir a mirar, al principio creyó que era un anuncio de publicidad, pero entonces vio un mensaje de aquella persona, lo abrió con el corazón a mil, era imposible que hubiese llegado ya a su hotel.

«…. Vete a dormir….»

Algo simple, pero Lucca volvió a sonreír, apagó el ordenador y con el corazón a mil por hora se metió en la cama.

Por otra parte Gerald tenía aun un buen camino a casa, pero estaba satisfecho, había pasado un buen día y había conseguido que su maestro se fuese a dormir de buen humor, pero seguramente estaría toda la noche pendiente del ordenador, así que le mandó un mensajito.

Ambos tuvieron una cita cada día durante tres días y todas acababan con un buen beso de buenas noches y luego se despidieron por una larga temporada con un beso aún más largo. Gerald tenía que irse al extranjero, pero no sin antes hacer un trabajito y conseguir una buena paga extra que salió en todas las noticias la siguiente mañana, un atranco a una famosísima joyería y volvían a echarle la culpa a un circense, pues habían usado una cuerda como trampolín en la cámara para no pisar los infrarrojos que había en el suelo y supuestamente se había zarandeado de pared a pared forzando las cajas sin hacer sonar ninguna alarma. Realmente había sido un trabajo dificilísimo, el bajón de sangre y encima los abdominales boca abajo le habían provocado nauseas, debía entrenar más eso. Ahora con ese dinero, había conseguido muchísimo más de lo que tenía planeado y le había costado mucho venderlo todo antes de coger el avión, como siempre lo invertiría en obras de arte falsificadas y las revendería y otros negocios que daban mucho dinero. Tenía ahorradillos lo suficiente para unas cinco jubilaciones a todo lujo sin ningún tipo de límite para caprichos, pero prefería asegurarse una o dos jubilaciones más de palacios de oro.  Pero era mejor, se estaba haciendo viejo, ates era fácil cuando era joven y mas escuálido lo de meterse por los tubos de ventilación era mas sencillo y la adrenalina pura era una buena ayudante, ahora era demasiado ancho y los tubos muy estrechos encima le daban mareos.

Mientras iba en el avión miraba como iba la bolsa, tenía bien invertido unos ahorrillos y era un buen jugador, a demás si algo malo le pasaba a sus acciones no era él quien pagaría las consecuencias. Lo mejor es que como usaba a los circenses como escusa pudo hacer muchos negocios rápidamente y de forma sucia y aun así los policías no se enteraron, a pesar de hacerlos mal y malamente planeados todos salieron bien ya que culpaban a los circenses de todo, aquello había aumentado un cuarenta y cinco por cien su ganancias de aquella noche y de lo que llevaba aquello era un pastón.

Realmente estaba muy agradecido al circo, había conseguido aumentar su dinero en mucho en muy poco tiempo, había tenido que repartirlo en otras dos cuentas para que no pareciese sospechoso.