jueves, 8 de marzo de 2018

Empiezas con una idea y te da otra una leche en toda la cara.


Hola gente, que sepáis que sigo escribiendo!!!!! De verdad!!!! Sin embargo estaba siguiendo la historia de nuestros dos traviesos del balneario pero se me ocurrió una idea nueva y llevo desde el mes pasado con este nuevo proyecto. Me gustaría ir subiendo por capítulos pero antes de publicar la historia quiero intentar terminarla y presentarla a algunas páginas. Por ello ahora no tengo nada que subir por que estoy centrada en esta historia nueva de la que os subiré el primero episodio para ir abriendo boca, ya os iré contando como me va y que haré con ella al final. UN BESOTE!





*1*
Cuando llegó al pequeño y rustico pueblo empezó a sentir el horror y la ansiedad de la falta de cobertura. Abel se había dejado convencer por cinco compañeros para arrastrarse a una despedida de soltera en un pueblo perdido de la madre de dios durante una semana.
De los cinco cuatro habían llegado al a conclusión de que la ciudad era el mejor lugar para la despedida de soltero, o varias ciudades, no tenían por que quedarse en un lugar solo. Sin embargo el novio quería pasar allí su despedida de soltero, relajarse y olvidarse de todos los problemas que había superado en los últimos meses, así que no pudieron decirle que no.
Ahora mientras aparcaban su coche delante de un pequeño motel en medio del pueblo miró a su alrededor sintiendo como el posible aburrimiento empezaba a asfixiarle rápidamente. Mientras descargaban las maletas se preguntó si la tensión del lugar podría con todos los aparatos electrónicos que traían…. Rezaba por el wifi.
Tras un par de horas de adaptación en la que los cuatro se adaptaron a una cobertura limitada y un proceder calmado de todas las personas que trabajaban en el lugar empezaron a sentir que podrían tomarse un descanso, siempre y cuando pudieran trabajar por la noche.
Pasearon por la ciudad y escucharon como Pablo les contaba sobre los veranos que había pasado en aquel lugar, de la de veces que pensó en abandonar la ciudad e ir a esconderse allí. Abel pasó una mano por sus hombros y le sonrió recordándole que si le hubiera hecho no estaría a punto de casarse con una mujer medio loca llamada Samanta.
Entre los recuerdos de infancia Abel compartió miradas con sus amigos, todos conocían el pasado de su amigo. La muerte de sus padres le hizo ir de un lugar a otro de la casa de sus tíos a la de sus abuelos en aquel pueblo. Sus tíos no habían sido unos buenos tutores y eso le había vuelto un chico problemático y solo le había salvado los veranos y las fiestas con sus abuelos.

Aquella era la principal razón por la que estaba allí, sus abuelos habían vendido la granja de su infancia para retirarse a una pequeña casita de una planta cerca del centro del pueblo. Desde entonces no había vuelto al pueblo y lo hacía sentir un poco culpable, por eso estaban todos allí, le ayudarían a limpiar, a divertirse y a no venirse abajo mientras su amigo decidía si quería vender la casa o quedarse con ella.
Por todo esto Abel y el resto de sus amigos se encontraba frente a una casa de alquiler de instrumentos de pesca a pesar de que ninguno de ellos entendía la diversión en el asunto. Pablo les necesitaba y ellos estarían allí por él aunque eso significase tocar gusanos y ponerse un ridículo salvavidas fluorescentes.
Tras dejar todo reservado para el día siguiente y una comida increíblemente sencilla pero deliciosa cada uno se retiró a descansar un poco del choque cultural y del viaje. Pablo fue a dormir un poco, se le veía nervioso y todos sabían que descansar le sentaría de perlas. El resto de ellos se desperdigaron en búsqueda de conexión para advertir a sus conocidos de que seguían con vida. Abel había encontrado una pequeña terraza con hamacas y decidió disfrutar del sol un rato mientras llamaba a su amiga.
-Hola guapo, mi marido no está en casa ¿vienes a verme?- Abel se rió por la vieja broma, todo el mundo le decía que parecían amantes por su gran compenetración.
-Lo siento hermosa pero tu futuro marido está durmiendo en mi cama.- Su tono cambió rápidamente a uno preocupado y empezó a interrogarlo sobre el lugar y el estado de su pareja.- Está bien, tranquila le vigilaremos, no dejaremos que el de otro ataque. Creo que ir a la casa de sus abuelos será duro pero sería muchísimo peor si fuera la granja.- Ella desearía estar allí y apoyarle, que él  hubiera venido sin ella había sido su primera discusión seria.- Tranquila, este lugar es tan aburrido que será un milagro si no nos quedamos dormidos de pie. Encima va a obligarnos a ir a pescar mañana.
La risa histérica de su amiga no solo casi le deja sordo si no que le hizo recordar cuanto la quería y lo importante que era ese hombre para ella.
Samanta y Abel se habían criado prácticamente juntos desde los ocho años que coincidieron en clase. Fue la primera en aceptar sus gustos no tan masculinos y en aceptar su sexualidad cuando él lo descubrió. Ambos fueron el pañuelo de lagrimas del otro durante años, amigo, confidente y alma gemela. Cuando su amiga conoció a aquel chico tranquilo, tímido y de corazón amable pensó que se lo comería y pasaría al siguiente. De alguna forma ellos conectaron, fue totalmente inesperado y ninguno de los dos se lo creía al principio. Su amiga de repente quería cuidar y proteger a aquel chico y de golpe se había enamorado de él…. Era un milagro que no fuera ella la que le había pedido matrimonio al final.
Pablo le había  puesto nervioso al principio, era demasiado débil para su gusto, se imaginaba a su amiga con alguien de carácter fuerte, alguien tan loco como ella… pero se dio cuenta con fascinación de que encajaban, su relación era cómoda, hermosa y totalmente en sintonía…. Él empezó a desear lo mismo para sí mismo.
Tras terminar la conversación no tenía a nadie más con quien hablar. Sus amigos estaban en aquel mismo hotel, su mejor amiga ya había sido informada y su familia le había borrado del libro hacía ya mucho tiempo. A veces el recuerdo de ser repudiado aún dolía pero eso le había enseñado valiosas lecciones, algunas no demasiado agradables pero igual de importantes.
Decidió dar un paseo por el pueblo para aprender a orientarse dejando a sus amigos en paz para que se ocupasen de sus propios asuntos. Con idea de encontrar un punto de información y averiguar qué otras cosas podían hacer además de la pesca durante una semana, fue calle abajo. Le impresionó descubrir que había un par de ranchos aún a las afueras a pesar de que la mayoría ya no se dedicaban a la cría de ganado, aún había la posibilidad de ver a algún vaquero autentico por la zona. Podría llegar a considerar una ruta a caballo para echar un vistazo a los sementales del lugar.
De regreso al hotel para reunirse con sus amigos repasó la información que había conseguido reunir de varias personas del pueblo, el punto de información y del bar. La mayoría de los atractivos de la zona eran de senderismo y de pasar el día tranquilamente sin hacer nada. Algo para lo que las personas acostumbradas al ajetreo de la ciudad no era fácil de soportar desde el principio.
Había una sala de juegos en la que planearon pasar lo que quedaba de la tarde para volver temprano al hotel y aprovechar el día siguiente desde bien temprano.
El local estaba todo hecho de madera y le daba el aspecto de aquellos viejos bares de vaqueros del as películas del oeste. Mucha gente se giró a mirarles de reojo al ver a un grupo de desconocidos y rápidamente volvieron a sus asuntos. Mirando que diversión les ofrecía mientras pedían unas bebidas se decantaron por el billar. Se repartieron entre dos mesas para ir rotando sus turnos mientras charlaban animadamente. Entre los cambios de turno leían los panfletos que Abel había encontrado y comentaban que podían hacer primero cuando Pablo tomó el de la ruta a caballo. Al principio cuando tardó en tomar su turno no le dieron importancia, tal vez estaba concentrado en la lectura, pero luego notaron la tensión y todos se giraron a mirarle esperando que diese una explicación.
-Es la granja de mis abuelos.- SU voz sonó baja y lenta, pero aún así resonó en la habitación como un vaso al caer. Abel se maldijo y Carlos se colocó rápidamente al lado de su amigo frotando su espalda.- Estoy bien, solo me sorprendió un poco. – Aún así sus amigos se mantenían cerca y dos de ellos reanudaron el juego para dar un poco de normalidad al asunto.- Recuerdo que tenían un par de caballos pero…. Supongo que ahora habrá más.
-Sabes, no tenemos que hacer una ruta a caballos.- Abel se puso a su lado rápidamente quitándole el panfleto de las manos.- Podemos hacer otras cosas, además Sergio nunca ha montado en uno y seguro que no sería divertido.- El nombrado se quejó ofendido asegurando que había montado en una feria, un par de veces.- ¿Ves? Podemos probar con el senderismo.- Pablo sonreía a las bromas de sus amigos.
-Quiero ir…quiero ver como está el lugar y quiero montar a caballo.- Miró a todos sus amigos con una sonrisa.- Puedo hacerlo….. después de eso ir a recoger sus cosas a la  casa no será tan difícil… si me encuentro mal os lo diré.- Había muchos murmullos y suspiros de protesta pero no pudieron negárselo.
Los amigos asintieron no demasiado convencidos pero aceptaron. Pablo arrastraba depresión desde la juventud y a veces a pesar del esfuerzo tenía ligeras recaídas de las que salía gracias a su novia y a ellos. Sin embargo  cuando hace un par de meses fue acusado de acoso sexual todo fue a peor. Ellos sabían que era mentira, le conocían, pero en el trabajo todos se volvieron en contra de él, fue puesto bajo investigación en la que todos sus secretos médicos salieron a la luz. A pesar de que al final descubrieron que la chica solo quería dinero y llamar la atención el daño estaba hecho y al final terminaron por despedirle poniendo otras excusas de por medio.
Pablo estaba tan decaído que quiso romper el compromiso con Samanta e incluso se negaba salir de casa, llegó un punto que le dio un ataque de ansiedad y se desmayó. Al final acabó en el hospital por deshidratación. El último mes había vuelto al a normalidad tras estabilizarse un poco y conseguir un nuevo trabajo pero ahora se mantenía el doble de alejado de las personas. Aquel viaje era para que se relajase, volviera a relacionarse con sus amigos y terminar de atender los asuntos de sus abuelos y decidir qué hacer con la casa.

Si tenéis curiosidad esta historia seguirá avanzando y os la traeré próximamente!


6 comentarios:

  1. Muchas gracias Death!!! Esperando el siguiente capítulo, lindo día, besos

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  2. OK QUE BUENO AMI. SIEMPRE SE TE EXTRAÑA BESOSSSS

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  3. me encantan tus historias,espero la continuación, besos, bye

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  4. Hola, hermosa historia. Esperemos que en ese pueblo todos puedan encontrar la felicidad y Pablo la paz que necesita. Gracias, esperando el siguiente capítulo.

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  5. Hola tropecé con tu blogspot y me gusta. Espero que continúes con la historia.

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